Casualidades.

Entre ecos distantes que sólo llego a adivinar en penumbra, las ideas mueven fibras sensibles en un caos controlado.
Irrisorio e irresponsable, aún al develar no cambia, sino reitera. Dramas cotidianos inflados a través del tiempo.
Mentiras embellecidas, ahora verdades dolosas. Bajo el yugo del conocimiento yace la víctima insospechada.
La cronología sólo demuestra los horrores normalizados, lo fresco y desgarrante torna a olvido y tejido muerto.
Abandono, te mantienes esperanzado en endebles fragmentos de forzada humanidad. Dudo la sinceridad conlleve pastos más verdes.
Incluso para el optimista. Un sínico por añadidura. La soledad le sienta bien.
Reflexiones que lo elevan sobre generaciones enteras, en el nombre de la razón y el buen decir, carente de ingenuidad.
Desde arriba se corre el riesgo de juzgar. Qué más da, a estas alturas.

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